Córdoba. Patrimonio de la Humanidad
No se apresure el viajero a aprender la historia de Córdoba a la vista de su romano puente, la monumentalidad de su Mezquita soñada por Abderramán I o al penetrar en ella y descubrir en su corazón la Catedral con la que Carlos I afirmó la definitiva presencia cristiana. Esos tres hitos, aún en su grandiosidad, no son más que parciales testimonios de su antiquísima historia.
Córdoba supo del hombre desde el Paleolítico; los Turdetanos la convirtieron en capital del Imperio de Tartesos; la conquistó para el cartaginés el general Amílcar Barca; fue romana dos siglos antes de Cristo, en la que nacieron y vivieron Séneca y Lucano; luego la dominó Bizancio, como después los visigodos de Leovigildo.